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Una inmortal introducción de guitarra abre esta inmortalísima canción de Pink Floyd, incluida en el álbum del mismo nombre. Casi todo el disco es un gran homenaje a Syd Barrett, fundador de la banda (sobre todo el primer tema, “Brilla tú, diamante loco”), quien para ese entonces había abandonado al grupo unos cinco o seis años atrás, mentalmente perturbado por las drogas, en especial el LSD.
Dicen que Barrett apareció mientras se estaba grabando el disco, irreconocible por su calvicie y sus kilos de más, muy distinto al flacucho desgarbado y de mirada triste de los años fundacionales de Pink Floyd, bautizado así por los dos ídolos de su creador: los bluseros Pink Anderson y Floyd Council.
La canción fue un clásico de los shows de Floyd a partir de ese momento, inclusive la tocaron en la vuelta de la banda en 2005, en ocasión del Live 8.
Pd: recluido durante casi treinta años en el sótano de su casa, Syd Barrett murió en julio de 2006, acosado por la diabetes. Ya era una leyenda hacía rato.
2 comentarios:
imposible olvidar a barrett, un grande de verdad
Comparto el comentario anterior... un rockero de verdad ante tanto producto "envasado" y "listo" para vender en las góndolas de los niños rebeldes...
Un minuto de silencio por él.... NO NO... mejor la intro de Wish you were here
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