lunes, 28 de abril de 2008

Wish you were here


Una inmortal introducción de guitarra abre esta inmortalísima canción de Pink Floyd, incluida en el álbum del mismo nombre. Casi todo el disco es un gran homenaje a Syd Barrett, fundador de la banda (sobre todo el primer tema, “Brilla tú, diamante loco”), quien para ese entonces había abandonado al grupo unos cinco o seis años atrás, mentalmente perturbado por las drogas, en especial el LSD.
Dicen que Barrett apareció mientras se estaba grabando el disco, irreconocible por su calvicie y sus kilos de más, muy distinto al flacucho desgarbado y de mirada triste de los años fundacionales de Pink Floyd, bautizado así por los dos ídolos de su creador: los bluseros Pink Anderson y Floyd Council.
La canción fue un clásico de los shows de Floyd a partir de ese momento, inclusive la tocaron en la vuelta de la banda en 2005, en ocasión del Live 8.
Pd: recluido durante casi treinta años en el sótano de su casa, Syd Barrett murió en julio de 2006, acosado por la diabetes. Ya era una leyenda hacía rato.

sábado, 5 de abril de 2008

Whatever


Una de mis canciones favoritas de Oasis, grupo del que nunca fui un fanático pero que me gusta, a pesar de que sólo me haya comprado un disco de ellos (el famoso "(What’s The Story) Morning Glory?").
La particularidad de Whatever es que no está incluida en ningún disco oficial, ya que fue editada en forma de single. Lo mejor es la melodía, sin dudas, una de las más pegadizas del grupo británico más bardero de los '90. Dicen por ahí que David Bowie los habría intentado enjuiciar por plagio, vaya uno a saber por qué canción.
Lo curioso es que, cada vez que se toca en vivo, le inventan un nuevo final, con estribillos de clásicos del rock, como "Octopus's Garden" de los Beatles y "All the young dudes", de Bowie (¿una burla a su intento de juicio?)
Pd: dedicado a Cata, gran fan de Oasis. Welcome back.